Inesperado
Tenía todo preparado para esa noche. Las velas, la música, el ambiente perfecto. Nunca me había sentido tan emocionada y nerviosa al mismo tiempo. Había esperado tanto por este momento. Sus ojos, sus manos, su boca... sólo pensar tenerlo tan cerca era suficiente para hacerme temblar. Quería sentir sus caricias, su cuerpo, sus besos.. sólo un beso sería suficiente. Escuché el rechinar de la puerta al abrirse. Rápidamente apagué la lampara de la mesa y esperé. Su silueta se acercaba lentamente hacia mi, con un paso decidido. Estaba segura que le iba a gustar mi sorpresa. Cuando la luz de la vela iluminó su rostro, mi corazón se aceleró inesperadamente y quedé desconcertada. No era él.